«Un espacio abierto de debate con los actores de la economía social». Éste es, en palabras del concejal madrileño Carlos Sánchez Mato, el objetivo del Foro abierto de Economía Social y Solidaria, celebrado el 16 de marzo en Medialab Prado (Madrid). El foro ha contado con la intervención del propio Sánchez Mato, concejal de Economía y Hacienda, la alcaldesa Manuela Carmena, el concejal de Salud, Seguridad y Emergencias Javier Barbero, Sandra Salsón de la Red de Economía Alternativa y Solidaria (REAS-Madrid) y Ana Isabel Ceballo, de la Federación de Cooperativas y de la Economía Social de Madrid (FECOMA). En una sala abarrotada de público se han podido escuchar las opiniones, necesidades y propuestas de diferentes agentes de la economía social.
La alcaldesa de Madrid ha resaltado la novedad de la economía social y la necesidad de difundirla: “Estamos en la brecha de la innovación, tenemos que ser contagiosos de la economía social”.
Una apuesta por la economía social
Sánchez Mato ha resaltado que la economía social y solidaria es una línea estratégica de su equipo de gobierno, que pretende revertir el abandono institucional que había sufrido este sector. Para ello, desde el ayuntamiento están lanzando varias medidas, entre las que destacan “un plan estratégico a largo plazo de la economía social y solidaria” y un espacio para escuchar y dialogar con sus agentes, recibir feedback, discutir líneas de trabajo, etc. Además, se están poniendo en marcha acciones concretas, como el reciente decreto de cláusulas sociales en la contratación pública. En definitiva, como ha señalado Sánchez Mato, “el reto es enorme pero no tenemos miedo”.
Por su parte, el concejal Javier Barbero ha destacado las líneas de trabajo del Instituto Municipal de Consumo (IMC), que pretende “fomentar una cultura del consumo que ponga a las personas en el centro, en vez de una cultura del consumo basada en la depredación de los recursos”, así como una economía de los cuidados y del bien común. Para ello, desde el IMC están favoreciendo procesos e iniciativas que ya existen, como las cooperativas de consumidores, los mercados sociales o la producción agroecológica, poniendo otras en marcha y abriendo la institución para que sea participativa. Fruto de esta voluntad es la comisión que han organizado con la economía social y solidaria, desde la que se va a lanzar el Plan de impulso del consumo sostenible para la ciudad de Madrid.
Ana Isabel Ceballo, de FECOMA, ha lanzado algunas cifras significativas, como que “la economía social representa el 10% del PIB y un 12,5% del empleo”, y ha alertado sobre que uno de los problemas del cooperativismo es el desconocimiento que pesa sobre él.
Hacia un salto de escala
Sandra Salsón, representante de REAS y miembro de Tangente, ha lanzado cinco ideas clave para pensar la relación entre la economía social y solidaria y las instituciones públicas. Para Salsón, “se deben generar estructuras representativas que permitan articular el diálogo” entre ambas, unas estructuras que “son esenciales para ser identificados como agentes sociales, para que se nos reconozca como interlocutores valiosos”.
El diálogo institucional con la economía social y solidaria debe ser transparente y duradero, y debe permitir un salto de escala. “Necesitamos crecer, necesitamos que haya cada vez más empresas comprometidas con la economía social y solidaria y que se fortalezca a las ya existentes”. También, que se fortalezca a instrumentos ya existentes y en definitiva a aquellas estructuras que permitan a la ciudadanía participar en la economía. “Creemos que las instituciones deben ser agentes ejemplarizantes: por ejemplo, que las compras y contrataciones públicas sean responsables”, ha añadido Salsón.
Además, la economía social y solidaria debe difundir sus logros y ser accesible para la ciudadanía madrileña, como opción formativa, laboral o de consumo. En definitiva, concluye Salsón, “si la administración pública y la economía social y solidaria trabajan codo con codo para desarrollar políticas públicas y participativas, podemos conseguir transformar el modelo económico y avanzar hacia una democratización de la economía”.