Noviembre ha sido un mes muy especial para Mujeres Mayores con Ganas de Más. O Mujeres Maravillosas con Ganas de Más, como prefieren autodenominarse, ¡que lo son!
Mujeres Mayores con Ganas de Más es un proyecto que busca promover la autonomía y prevenir el aislamiento y la soledad no deseada entre las mujeres mayores de 65 años. Consiste en la creación de un grupo motor, localizado en el Centro de Mayores Zofío, en el distrito de Usera, con el que se trabajan procesos de larga duración de empoderamiento individual y grupal, desde la perspectiva de salud integral.
El objetivo de esta iniciativa es fomentar la creación de redes de apoyo mutuo y relacional y de espacios de encuentro y ocio entre las participantes. Asimismo, se trata de facilitar el conocimiento y acceso a los recursos del distrito, tanto públicos como comunitarios, y la incorporación de las mujeres a las redes comunitarias existentes. Por último, el proyecto persigue visibilizar los malestares y las estrategias de autocuidado de las mujeres durante la vejez, a partir de sus propias voces y creaciones.
A lo largo de las últimas semanas, las sesiones de trabajo con el grupo motor han girado en torno a la sensibilización, prevención y denuncia de la violencia machista, con motivo de la conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres (25 de noviembre).
Terminamos el mes de octubre visitando el Espacio de Igualdad Berta Cáceres, en Usera, con la intención de acercar este recurso a las participantes y, al mismo tiempo, crear sinergias con otras entidades del distrito. Este forma parte de la red de Espacios de Igualdad del Ayuntamiento de Madrid y es un servicio público especializado en la promoción de la igualdad a través de la sensibilización y concienciación ciudadana; el empoderamiento de las mujeres, y la prevención, detección y reparación de la violencia machista.
La visita fue una gran oportunidad para conocer la variedad de actividades y servicios que ofrece el espacio, para muchas desconocido, así como para presentarnos y pensar en futuras colaboraciones con las mujeres que frecuentan este recurso.
Otras de las sesiones llevadas a cabo se estructuró en torno a la metáfora del iceberg de la violencia machista. Se presentaron distintas situaciones de violencia escritas en varias cartulinas y se repartió una a cada mujer. Se trataba de que estas las colocaran en una especie de termómetro en función de si el hecho les parecía más o menos violento, para luego ponerlo en común y entre todas reflexionar y comprender que todas estas situaciones, algunas más normalizadas que otras, son violencia machista.
Por otro lado, a través de dinámicas creativas y de la expresión artística, las participantes también han podido compartir con sus compañeras situaciones de violencia y discriminación que han experimentado por el hecho de ser mujeres, y que han quedado plasmadas en forma de pinturas que se expondrán más adelante en el centro.
Todo este trabajo de sensibilización culminó el pasado martes 21 de noviembre, con la celebración de un emotivo acto para denunciar las violencias machistas y recordar a las mujeres y menores asesinadas en lo que va de año, 93, según los datos de feminicidio.net.
Comenzamos en la cafetería del centro de mayores, un lugar habitualmente ocupado por hombres. Tuvimos la suerte de contar con el grupo de coro, formado mayoritariamente por mujeres, pero en el que también participa algún hombre que quiso unirse al homenaje. Estas cantaron varios temas para denunciar la violencia machista, entre otros, “Canción sin miedo”, de Vivir Quintana. Mientras, algunas mujeres del grupo de biodanza se animaron a salir al frente de la sala y bailar al son de la música. Otras leyeron poemas y textos que trajeron preparados de casa, algunos de autoras feministas, como Gata Cattana, y otros de cosecha propia, que quisieron compartir con el resto, algunas entre lágrimas.
Al finalizar el acto en la cafetería, fuimos caminando hacia la Junta Municipal del Distrito de Usera, todas vestidas con algún accesorio morado, para replicar el homenaje y denunciar esta problemática ante las instituciones. No sin antes dejar unos lazos del mismo color atados en la verja del centro de mayores, uno por cada una de las mujeres y menores asesinadas en 2023. Allí, además de volver a cantar y recitar algunos de los poemas escuchados anteriormente, se leyeron en alto sus nombres, finalizando con un grito al unísono de “¡Ni una menos, vivas nos queremos!”
