¿Qué tienen en común los bosques, Internet, un huerto urbano, el patrimonio genético, las semillas o Wikipedia? Todos ellos pueden ser considerados bienes comunes. Los comunes son un sistema de gestión que no es ni público ni privado, por el cual una serie de bienes pertenecen a y son gestionados por una comunidad. Estos bienes pueden ser tanto materiales como inmateriales.
“La lógica de los comunes nos puede ayudar a pensar el cambio social, a devolver el protagonismo a la ciudadanía y a superar la dicotomía público – privado”, explica José Luis Casadevante. Por eso, este integrante de Garua, equipo de Tangente, es uno de los promotores del curso Bienes comunes y economías sustentables. De la economía solidaria a los mercados sociales, que acaba de concluir su segunda edición.
El objetivo del curso es “rescatar una historia que se ha ido actualizando y que conecta con experiencias actuales”, señala Casadevante. La historia de los comunes puede ayudarnos a resolver algunas de las cuestiones candentes de la actualidad, como la democratización de la economía. ¿Hasta qué punto es posible que las personas puedan decidir y gobernar la gestión de sus recursos y necesidades de manera cooperativa y compartida”, se preguntan en la introducción. Así, la primera parte del curso está dedicada a introducir la cuestión de los comunes y los diferentes enfoques, y a enmarcar los debates sobre la gestión de bienes comunes en el contexto de crisis ecosocial actual.
El énfasis en el protagonismo de las personas tiene muchos puntos en común con la economía social y solidaria. Por eso el curso explora también las zonas de confluencia entre las economías basadas en los comunes y corrientes como la economía crítica, la economía feminista o la economía ecológica. “Esas economías críticas tienen puntos de encuentro y uno de ellos es la lógica de los comunes”, apunta Casadevante. De este modo, se propone repensar la cooperación desde la óptica de los mercados sociales y de la economía solidaria, y conocer propuestas económicas y empresariales sinérgicas con la lógica de los bienes comunes
Aunque quizás el concepto de comunes todavía necesita difusión y divulgación, en la práctica encontramos numerosas experiencias que responden a esta lógica. Conocerlas de primera mano es el objetivo del módulo final del curso, que concluyó con la visita al Encuentro MESA, sobre municipalismo y economía social en Andalucía.
“La gestión que da protagonismo a la gente es algo que se introduce más en el día a día que en el discurso”, argumenta Casadevante. “Por ejemplo, en Madrid hay 17 huertos urbanos regularizados y al final de año habrá un total de 40. Eso en el fondo es una gestión ciudadana y comunitaria de espacios verdes”. Casadevante pone también el ejemplo de ayuntamientos como Barcelona, en el que se está produciendo un debate sobre cómo articular la gestión comunal con las políticas públicas, aunque “los ritmos institucionales son muy lentos”.
El curso, que se realiza en la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA), es fruto del esfuerzo de Comunaria, una red informal de personas que trabaja sobre la temática de los comunes. Además de la investigación sobre la gestión comunal y la difusión de estos conceptos y prácticas, una de las líneas de trabajo de Comunaria es la formación. En curso, dirigido por Casadevante y Ángel Calle (Universidad de Córdoba) y coordinado por Luis Gonzalez (Garua), se combina formación presencial y online, coloquios, debates y visitas a experiencias de gestión comunal y economía solidaria.
“Tenemos 24 alumnos y alumnas de distintas partes del Estado”, relata Casadevante. “La mayor parte de la gente está vinculada a experiencias prácticas en estos temas: economía social y solidaria, soberanía alimentaria, ecología social. Tenemos hasta una alcaldesa de un pueblo de Extremadura”. La valoración que hace Casadevante de las dos ediciones del curso es muy positiva: “Queremos volver a sacar el curso porque estamos contentos de cómo se está desarrollando”.