El Grupo Tangente está elaborando para la ONG Save The Children un estudio cuantitativo sobre el consumo de pornografía, prácticas nocivas y uso de las redes entre adolescentes, a través de dos de nuestras entidades socias: Andaira y Pandora Mirabilia. El objetivo general es conocer el uso de internet y redes por adolescentes como expresión de su sexualidad, y la influencia de estas prácticas en su desarrollo desde una perspectiva de género y LGTBIQ.
El género, una variable influyente para sufrir ciberacoso
Por un lado, internet ha abierto nuevas oportunidades expresivas, pero también propicia prácticas de riesgo y nocivas como el sexting sin consentimiento, pornografía no consentida, ciberbulling, ciberacoso sexual o grooming, por citar solo algunas de estas interacciones online.
Aunque los datos son difíciles de recoger, las cifras que se manejan son preocupantes: A un 4,3% de los y las adolescentes le han difundido mensajes y fotos sin su consentimiento por internet o a través del móvil, según la investigación “La evolución de la adolescencia española sobre la igualdad y la prevención de la violencia de género”, elaborado por la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género en 2014. Muchas de estas prácticas nocivas son consideradas delitos sexuales: En 2017, de las 772 detenciones e investigaciones por delitos sexuales a través de las TIC, 75 fueron a menores de edad (9,71 %), según el estudio sobre cibercriminalidad en España.
Y en este contexto, el género es una variable influyente para sufrir ciberacoso. “Los estereotipos y creencias sobre las relaciones sexuales que se establecen, siguen poniendo en ellas la culpa, evidenciando un modelo de sexualidad tradicional donde consideramos a ellas responsables de decir no y permitimos que ellos puedan no escucharlo”, sostiene el informe “La ciberviolencia hacia las adolescentes en las redes sociales” (Instituto de la Mujer, 2018).
Adolescentes: Prevención frente a prohibición
Cuando trabajamos con jóvenes en relación al uso de redes sociales es importante superar los miedos y prejuicios. Infantilizar, prohibir y propagar el miedo es un enfoque educativamente erróneo, tal y como recomiendan diversos estudios. La solución no es la prohibición de conectarse a las redes. Resulta más eficaz focalizar las estrategias en la prevención en las interacciones que tienen los y las niños y adolescentes, creando capacidad crítica para entender qué significa la pornografía y fomentando un uso crítico, responsable, ético y empoderador de las redes sociales.
Para ello, además de la intervención educativa, resulta imprescindible conocer el contexto a través de estudios de investigación, como éste que ha encargado la ONG Save The Children.
Metodología con perspectiva de género y LGTB en la adolescencia
En la investigación estamos incorporando la perspectiva de género, lo que implica partir de un marco integral que tenga en cuenta la dimensión estructural, política, económica, social, biológica, psicológica y biográfica de mujeres y hombres, así como las relaciones de poder que se establecen entre ambos. Por otro lado, la interseccionalidad de la variable de género nos muestra que las categorías de mujer y hombre no son identidades uniformes y absolutas. Las identidades son múltiples y se configuran por la articulación de la socialización de género con otras muchas variables, tales como la etnia, el lugar de procedencia o la clase social.
Con todo ello, las técnicas que estamos empleando combinan la revisión bibliográfica con análisis de fuentes secundarias y la realización de una encuesta online con asistencia presencial.