Colectivo Ioé: más de 30 años dedicados a la investigación social
“A la generación que cursamos sociología a mediados de los 90, de la que hay varias personas en Tangente, el Colectivo Ioé, con ese nombre tan enigmático y casi de grupo clandestino, nos sonaba como un grupo de gente que había logrado montar una pequeña empresa, vivir de la investigación social haciendo sociología crítica y todo ello mediante trabajos de calidad reconocida en muchas temáticas”. Con estas palabras comenzaba José Luis Casadevante, de la cooperativa Garúa, el pequeño homenaje que se dedicó a los compañeros del Colectivo Ioé el pasado 31 de enero. Los integrantes de Ioé, continuaba Casadevante, “demostraron a una generación con pocos referentes la posibilidad de vivir de lo que te apasionaba sin dejarte llevar por la corriente que marcaba el mercado”.
Tras más de 30 años dedicados a la investigación, Carlos Pereda y Miguel Ángel de Prada (en la foto), dos de sus tres miembros, inauguraron su jubilación en 2014. El tercero en discordia, Walter Actis, es unos años más joven y sigue en activo. Para celebrar su trayectoria profesional y su generosa aportación a Tangente, sus compañeras y compañeros del grupo brindaron a su salud durante el plenario de inicio de año.
Para conocer el recorrido y los planes de futuro del Colectivo Ioé, hablamos con Miguel Ángel de Prada. Nuestra primera pregunta se centra en esclarecer sus orígenes: ¿cómo (y cuándo) surge el proyecto? “Empezamos en 1980, un grupo de unas 8 o 10 personas que en ese momento estábamos terminando la carrera de Sociología y habíamos hecho algunas cosas juntas”. Poco a poco fueron concretando su objetivo: hacer investigación electoral que no fuese de mercado ni de temática electoral. Una apuesta arriesgada que provocó que el grupo se redujese a Carlos y Miguel Ángel. “En 1982 nos constituimos finalmente como Colectivo Ioé. La elección del nombre fue un poco por descarte: habíamos barajado varios pero ya estaban cogidos, y al final, casi por aburrimiento, decidimos buscar uno en griego: Ioé”.
Al cabo de dos años se incorporó al equipo una de las personas que colaboraba habitualmente con el colectivo, Walter Actis, convirtiéndose en el tercer socio. Además, a lo largo del tiempo Ioé ha contado con más trabajadores: una secretaria y administrativa, y durante unos 15 años, diferentes personas se han encargado de organizar la biblioteca. “Había que ordenar todo el material que usábamos y generábamos, para poder ofrecerlo como consulta. ¡Es que entonces no había internet!”, recuerda Miguel Ángel. En marzo de 2012 Ioé donó su fondo bibliográfico a la biblioteca de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid.
“Colectivo Ioé apostó desde el principio por hacer una sociología multidisciplinar y cualitativa. Nuestra escuela sociológica fue claramente la de Jesús Ibáñez, Ángel de Lucas y Alfonso Ortí”, explica Miguel Ángel. Además, “Ioé añade un aspecto novedoso que ellos no habían trabajado: pasar de lo cualitativo a lo participativo”.
Además de por este enfoque, otro de los aspectos que les han dado más renombre durante su trayectoria han sido sus estudios sobre las migraciones. Sin embargo, Miguel Ángel apunta: “No creo que estemos especializados en este tema, para nosotros la inmigración es más bien una variable transversal que hay que tener en cuenta a la hora de estudiar muchos ámbitos (la escuela, el mercado de trabajo, etc.)”. Su incursión en este tema no fue, como se podría pensar, para estudiar la inmigración en España, sino precisamente cuando este país era emisor de emigrantes. “En los años 70 investigamos sobre la segunda generación de españoles en Suiza y Holanda. Se trataba de un proyecto de ámbito europeo en el que participaban varios países, se hacían estudios en países de acogida y de emigración”, recuerda Miguel Ángel. “A partir de entonces fue un tema que siempre nos interesó. Cuando España empezó a convertirse en un país receptor de inmigración, nos dimos cuenta de que se repetían procesos que ya habíamos estudiado en el caso de la emigración española”.
Tras tantos estudios e investigaciones, ¿hay alguno que les gustaría destacar? “Hay un tema del que estamos muy orgullosos y que considero que no tuvo la repercusión que merecía”, reflexiona Miguel Ángel. “Es una investigación que hicimos en los años 80 sobre la infancia como construcción social, y qué tipos de infancia se generaban a partir de diferentes dispositivos de socialización, como la familia, la escuela, el mercado de trabajo y el consumo”.
¿Qué planes tiene el Colectivo Ioé para el futuro? “Hay dos líneas que queremos trabajar. Por un lado, seguir con nuestra integración en Tangente, poder derivar las propuestas que nos salgan y participar como asesores”, explica. Por otro lado, uno de sus últimos proyectos más conocidos, el Barómetro Social. “Queremos actualizarlo y mantener el blog, así como la web de IOE, para que todos nuestros trabajos estén disponibles. ¡Algunos están escritos a máquina! Queremos poner a disposición en la web el total de nuestros trabajos, no sólo los que están en formato electrónico”. “Lo bueno de la jubilación es que tenemos más tiempo para dedicarnos a las cosas que nos apetecen”, concluye Miguel Ángel. “Seguimos activos pero más relajados”.
Colectivo Ioé ha sido la mejor experiencia profesional que jamás he tenido. Estoy hablando como investigadora, trabajadora, activista y amiga. Para mí son el SÍ SE PUEDE de la Sociología.
Gracias, Emma, seguro que tu ánimo les llega y lo agradecen. Lo mejor de todo es que IOÉ seguirá activo y alimentando la investigación social del país. En Tangente somos conscientes de que es un lujo contar con su colaboración.
Amo este colectivo…yo le pondría mi femimisma…y os agradezco las investigaciones y la aptitud
Acabo de leer una obra antigua, del 1995, «Discursos de los españoles sobre los extranjeros. Paradojas de la alteridad», C.I.S. (Estudio 2.119), Madrid, 1995, y me quedé impresionada de la sutileza del análisis que realizan los autores. Estoy haciendo una revisión de escritos sobre la inmigración en España, aunque mi interés principal es la inmigración musulmana a Europa.
Me pareció muy interesante la distinción entre los dos parámetros que definen una minoría étnica subordinada, a saber, sus particularidades culturales por una parte y su falta de poder o marginación por otra.
Me quedé un poco perpleja al leer en «La interculturalidad ¿va al cole?» la insistencia en «que se garantice la igualdad entre distintos núcleos de valores culturales», a saber entre una cultura foránea y una autóctona. La tolerancia es una virtud admirable, pero no concuerdo, por muy buena que sea la cultura foránea, con que se menosprecie la identidad nacional, que en todo país debe ser un bien común que garantiza la integridad nacional.
Más aun si se trata de una cultura ajena hostil a la cultura nacional. Este es un tercer parámetro que parecen haber descuidado: que ciertas culturas pueden ser mutuamente incompatibles. Parece que ustedes razonan a priori que todas las culturas son compatibles entre sí. ¿Acaso han sometido esta hipótesis a alguna verificación?
Es el problema de los expertos. Son muy duchos en su materia, pero en lo que no atañe a su especialidad, son tan ingenuos como cualquier hijo de vecino.
Cierta persona de cuyas palabras no desconfío me repitió el relato de Anas ben Malik: Cuando el apóstol hacía una incursión contra alguna población, esperaba siempre hasta el alba. Si oía llamar a rezar, se contenía; y si no lo oía, atacaba. Cuando llegamos a Jáibar ya era noche, y el apóstol pasó allí la noche; y cuando salió el sol no oyó el llamado al rezo. De modo que se montó en su camello y avanzó. Y nosotros los acompañamos. Yo iba tras Abu Talba con mi pie tocando el pie del apóstol. Nos topamos con los peones de Jáibar que salían de madrugada cargando palas y cestos. Cuando vieron al apóstol y su ejército, gritaron: ‘¡Mahoma con su partida!’, dieron media vuelta y huyeron. El apóstol exclamó: ‘¡Allahu akbar! Jáibar está perdida. Cuando llegamos a la plaza de un pueblo, es un amanecer nefasto para quienes hayan sido advertidos’.
The Life of Mohammed – سيرة رسول الل [Sira rasul allah], de Ibn Ishaq, traducido del árabe al inglés por Alfred Guillaume, Oxford University Press 1955, 17ª reimpresión, Karachi 2004, página 511
https://archive.org/details/TheLifeOfMohammedGuillaume
Soy un aficionado a las ciencias sociales y busco orientación sobre un tema que me preocupa en lo tocante a la diversidad de las culturas. ¿Creen ustedes que existe una armonía preestablecida entre las culturas humanas, que les permite convivir despreocupadamente? Si es así, ¿tendrían la amabilidad de citar obras o autores que respalden esta hipótesis? Y si esa hipótesis no refleja su opinión profesional, ¿podrían resumir sus reflexiones sobre el tema? Si es posible, con referencias bibliográficas.
Les saluda atentamente Fergus Hashimoto