Imaginemos un patio escolar. ¿Cómo lo dibujaríamos? ¿Qué elementos tendría? ¿Qué espacios se dedicarían para qué actividades? ¿Quién ocuparía cada uno de estos espacios? Y sobre todo, ¿respondería este patio a las necesidades de juego, descanso, descubrimiento y relación de las personas que lo habitan? Con estas preguntas ha echado a andar el proyecto ‘Red de Patios inclusivos y sostenibles‘, coordinado por Pandora Mirabilia en el distrito centro de Madrid.
Red de patios es un proyecto innovador en el municipio de Madrid. Su objetivo, explica Irene G.Rubio, es “la mejora de los patios escolares de dos colegios públicos a partir de un proceso de diagnóstico participativo con toda la comunidad escolar y de la transformación del espacio físico”. Un objetivo alrededor del cual están trabajando de manera coordinada la Junta del distrito, las direcciones de los dos colegios , las asociaciones de madres y padres, las familias y el alumnado.
“Queremos transformar los patios de estos dos colegios para que sean lugares que den respuesta a la enorme diversidad del alumnado pero el proyecto no termina ahí; se trata de un proceso ilusionante y creativo que cohesiona a la comunidad escolar y al barrio entero alrededor de un sueño común.” argumenta Irene G. Rubio. “Nuestro propósito también es documentar todo el proceso y crear herramientas audiovisuales que puedan servir a otros colegios a seguir procesos similares”
Coeduación, sostenibilidad y comunidad educativa
Pandora Mirabilia está desarrollando este proyecto junto a dos equipos –Pez Arquitectos y Col·lectiu Punt Sis– especialistas en urbanismo sostenible y feminista, dos de las claves teóricas de la propuesta. Porque como explica G. Rubio, “el espacio y el uso que se hace de él no es neutral al género, está atravesado por diferencias de género, de etnia o de nivel socio-económico. Por ejemplo, ¿cómo es el patio de un patio? Normalmente las pistas de fútbol se llevan el 80% del espacio de juego. Pero ¿quienes juegan realmente al fútbol? Los niños, y en muchos casos, los niños mayores ¿Dónde juegan entonces la mayoría de las niñas y aquellos niños a los que no les gusta el fútbol? A éstos sólo les suelen quedar los rincones y espacios de los márgenes.”
De igual manera que la configuración de los patios de recreo concede protagonismo a unos usos en detrimento de otros, e influye en los comportamientos que se producen en él, los patios son lugares centrales en la vida de niñas y niños, donde pasan un tiempo importante cada día. Para las promotoras de ‘Red de patios’, estos espacios deberían no sólo garantizar sino también potenciar la accesibilidad, la sostenibilidad ambiental y la combinación de oportunidad de juego, el descanso y la relación.
“Muchos de los patios de colegio madrileños no tienen apenas árboles ni plantas, a pesar de todos los beneficios que éstos aportan a nivel ambiental (ya que filtran la contaminación sonora y del aire) y a nivel de juego y disfrute”, apunta Marta Monasterio, del equipo coordinador. Tampoco tienen elementos para trepar, o lugares de descanso, arenero, construcciones para desarrollar juegos simbólicos, elementos todos ellos que niñas y niños demandan en todos los talleres que estamos empezando a realizar”.
Las cuatro claves de Red de patios son: coeducación, sostenibilidad ambiental, co-creación (participación de toda la comunidad educativa) y educación transformadora. Sobre este último punto, Monasterio matiza: “el espacio del patio de recreo es un lugar privilegiado también para el aprendizaje. ¿Por qué aprender en una pizarra digital las partes que tiene una hoja cuando puedes bajar a ver y tocar las plantas que hay en tu patio?”.
Soñar y materializar los deseos
Tanto en el CEIP La Paloma como en el CEIP Santa María –los dos centros donde se está desarrollando el proyecto– el trabajo se realiza por fases a lo largo de ocho meses. “Partimos del diagnóstico participativo para que alumnado, familias y profesorado identifiquen aspectos mejorables del patio y para que sueñen con aquello que les gustaría que hubiera y que no hay. En segundo lugar, pasamos a materializar los deseos: trabajar en propuestas concretas y consensuarlas con todas las partes para después construirlas” .
La intervención real sobre el patio se desarrollará en el mes de septiembre de 2017 con jornadas de trabajo abiertas a toda la comunidad educativa y al barrio. Cuando hayan finalizado ser harán sendas fiestas en cada colegio para enseñar el resultado del proceso e invitar a otros colegios a que conozcan la iniciativa.
“Dar color a las paredes, poner elementos que den sombra, cambiar la disposición de los espacios, pintar juegos en el suelo, crear columpios o construcciones donde jugar…o dotar al patio de zonas verdes. Las opciones son múltiples; se trata de ampliar las opciones de juego y uso en los espacios” concluye G. Rubio.